En el tratamiento de la epilepsia en perros y gatos, además del uso de agentes anticonvulsivantes, se hace necesaria la participación de principios que actúen disminuyendo la hiperpolaridad de la membrana, que conduce a severas modificaciones en los flujos iónicos, así como en la transmisión sináptica y en la comunicación intracelular. Se recomienda  la supervisión y prescripción de un veterinario, ya que cada animal es único y las dosis pueden variar según su tamaño, peso y necesidades específicas. Además, es importante seguir las indicaciones de uso y almacenar el producto en un lugar seguro, fuera del alcance de los niños y las mascotas.